martes, 18 de junio de 2013

Gente.

Hay mucha gente y de muchos tipos, y aunque algunos pueden parecerse entre sí, nunca son iguales. Las diferencias son enormes. No puedes saber con total seguridad cómo es alguien. Por mucho que pases tiempo con esa persona, siempre habrá algún detalle, por pequeño que sea, que te sorprenderá.
O te disgustará.

Yo creí conocer bien a cierta gente. Y ahora, un año después de haber empezado a salir de sus vidas, me sigue enfadando el recuerdo de cómo no se debería ser.
Me da rabia, me da mucha rabia que este tipo de cosas pasen, porque luego no sabes a qué atenerte con otra gente que a lo mejor no tiene nada que ver, a lo mejor son más buenas que el pan e injustamente, desconfías de ellos.

Está visto que todo en este mundo viene con las dos caras de la moneda.

domingo, 16 de junio de 2013

Insomnio.

Mucha gente dice que no puede dormir, la mayoría de veces por razones que nadie pone en duda: porque se tiene demasiado calor o demasiado frío, porque hay ruido, porque el día anterior durmió demasiado, por nervios... Por lo que sea. Otros, como yo, no podemos dormir porque no queremos.
Quiero decir, por ejemplo, te metes en la cama, miras Twitter, pasas de una cosa a otra y acabas descubriendo algo que te deja toda la noche en vela.
O, como es mi caso durante muuuchas noches, me pongo los auriculares, elijo una de mis canciones preferidas y sueño despierta con historias que mi mente crea, siempre acorde con la música que suena.

La razón de que hoy sean las 4:30am y siga despierta, es ese vacío que algunos días siento. Ese vacío que sólo otra persona puede llenar, pero a la que aún no conozco. Ese vacío que durante el día escondo, disimulo, infravaloro ante los demás, todo por no reconocer que soy tan humana como el resto. Todo, por no querer admitir que yo también ansío la compañía, cariño y afecto de un ser semejante.

Pero lo bueno que tienen estas altas horas de la noche, es que la mente está cansada: tiene menos fuerzas para mentirse a sí misma. Por ello es ahora cuando más noto la necesidad de compartir mi vida.

Y todavía más, cuando la canción que acompaña mis pensamientos es tan sencilla y a la vez poderosa que consigue que incluso alguien como yo, se emocione.

Muse - Exogenesis: Symphony III: Redemption.

sábado, 8 de junio de 2013

Inconstancia.

Siempre he sido inconstante y una muestra de ello es este blog. Los primeros días escribí casi seguido, y después habré dejado pasar cosa de un mes. Abandono todo muy rápido, pero ni por asomo con la misma rapidez con la que me enamoro de las cosas.
Exacto, cosas. Nunca personas. En mis breves 18 años de vida he tenido un par de experiencias amorosas, pero desde luego nada rememorable.
Varias de pequeña, como todo el mundo, que a los días quedaban en nada.
La primera "real", a los 15, con un gran amigo tanto antes como ahora, con el que sólo duré 1 mes escaso. Obviamente no estaba preparada para ello.
Algún que otro intento de relación a distancia con chicos que conocí por internet y a los cuales sigo teniendo mucho aprecio, pero desde luego no en sentido romántico.
Un par de chicos de clase que llamaron mi atención un par de días, pero nada más. Todo quedó en un pequeño desliz de mi cabeza.
Y ahora... Bueno, ahora básicamente no hay nada, ni nadie. Estoy sola. Y sinceramente, no sabría decir si para bien o para mal. Muchos días echo de menos estar con alguien, desearía compartir mis emociones con alguien más, vivir nuevas experiencias. Sentirme querida... Eso es. Sentirme querida. Es lo que quiero.

Peeero, puesto que estamos hablando de mí, he aquí mi inconstancia para absolutamente todo: otros días doy gracias por estar sola y no depender de nadie.
No sé, no diría que no a una "buena oferta" en el caso de que llegara la ocasión, pero creo que estoy bien así... Ahora. Mañana hablaremos.

Aunque aún queda lejos, mi deseo por Navidades para el año que viene será, definitivamente, poder aclararme.

domingo, 5 de mayo de 2013

Cambios.

Este verano tengo intención de irme a Estados Unidos durante unas cuantas semanas, 3 o puede que 4. A pesar de que querría decir que echaré de menos a mis amigos, no puedo. Todavía no sé qué es querer, no sé qué es el amor. Son mis amigos y me lo pasaba muy bien con ellos, pero hace ya un tiempo que la cosa no anda bien. Sé de sobra que soy yo la que ha cambiado, no hay nada malo en los demás. De hecho, no creo que haya nada malo por parte de nadie. Simplemente, la gente a veces sufre cambios, y a mí me ha pillado uno bastante grande. Dudo mucho que haya alguna forma de volver atrás, principalmente porque no quiero. Estoy feliz así, aunque en este momento esté bastante sola. El año que viene, cuando vaya a Madrid a estudiar, conoceré gente nueva y maravillosa y he de ser más feliz que nunca. Y un poco antes, este verano, quiero ir a Estados Unidos con una familia. Me gustaría ver qué hay más allá de mi pequeño mundo. He estado en Japón, y ahora iré a América. Quiero vivir, experimentar, ver dónde soy más feliz, qué sitio y qué personas me gustan más, y puede que algún día en el futuro elegir en base a ello el lugar donde pasar mis días.

No creo que haya nada malo en querer buscar mi felicidad fuera de mi ciudad. En los tiempos en los que vivimos la distancia puede salvarse con una llamada, o se puede volar con bastante facilidad. No veo ninguna razón para no hacerlo, y sin embargo, mi madre, una de las personas que mejor me conoce, no entiende por qué quiero irme. Dice que si aquí no salgo demasiado, no tengo motivación para la mayoría de las cosas, ¿cómo voy a cambiar allí? Pues, ¡precisamente por eso! ¡Aquí no tengo nada que me empuje hacia adelante! ¡Necesito algo a lo que aferrarme, una razón para vivir! Y por eso, voy a intentar todo lo que esté en mi mano por cumplir este sueño que prácticamente me ha sido ofrecido en bandeja. Me gustaría que mi madre lo entendiese antes de ir, pero si la única manera de que lo vea es cuando vuelva cargada de sonrisas y felicidad (aunque triste por la vuelta), que así sea. 

No tengo suficientes palabras para explicar las ganas y la emoción que recorren mis venas cada vez que pienso en ir. Es... maravilloso. Jamás había tenido tantas ganas de algo, ni siquiera cuando viajé a Tokyo y Kyoto. Esto es... diferente. No es un viaje turístico, durante un par de semanas voy a cambiar mi mundo, familia, amigos, barrio, vecinos, ciudad, idioma. Todo. Absolutamente todo. Y un cambio de aires es lo que más deseo... Por lo que voy a luchar por este pequeño gran sueño. Guste o no.

martes, 23 de abril de 2013

Vida.

Hoy en clase, mientras venía la profesora, no he podido evitar mirar por la ventana con nostalgia.
Todavía me queda un mes en ese lugar, pero ya me parece haberme marchado, siento que el fin se acerca. Sé que tan sólo son unas paredes, una clase, un instituto... Pero ha sido mi segunda casa durante 6 años. He cambiado y aprendido más que en ningún otro sitio. Toda mi vida gira entorno a ese lugar, que unas veces tanto odio y otras veces tanto quiero.

No puedo evitar pensar cuándo será la última vez que lo pise. O cuánto tiempo tardaré en volver, si es que vuelvo. Tantas emociones, tantos recuerdos y experiencias que tal vez nunca volveré a vivir... ¿Cómo es posible que el resto de gente se desprenda tan fácilmente de todo ello?
Sé que soy especialmente sensible con este tipo de cosas, pero... No lo puedo entender.
Llevo desde el primer año que estuve en el instituto mirando con melancolía cada clase en la que he estado. Al final de curso siempre me quedaba la última adrede para poder contemplar la habitación durante el tiempo que se me permitiese. Y a veces no podía evitar que una lágrima se escapase de mis ojos.

¿Es que acaso nadie más lo ve? ¿Nadie más va a echar de menos todo esto?


Cuando estaba en mi primer año, miraba hacia arriba y veía las ventanas de "los mayores", los de último curso. Me preguntaba cómo sería yo 6 años después.
Y casi sin tener tiempo para darme cuenta, aquí estoy, en la recta final de este extraño y fascinante período de mi vida.

Una parte de mi ser quiere continuar avanzando para poder descubrir qué me depara el futuro. Pero la otra... No quiere, no puede asimilar que todo esto se esté acabando. No podré volver el año que viene a clase y reír con las historias de verano de mis compañeros de clase. Ni ver como poco a poco todos vamos creciendo, cambiando, haciéndonos mayores.

Mi alma llora, y nadie más parece entenderlo.
Tal vez se referían a esto cuando decían "dejar atrás el pasado es difícil, pero hay que hacerlo".

No creo estar preparada para abandonar todo aquello en lo que se basa la mayor parte de mi vida pero... ¿Acaso alguna vez se está del todo listo?

lunes, 22 de abril de 2013

Cielo.

El cielo, uno de los lugares más bonitos y maravillosos... A la vez que menospreciados por la humanidad, por las mismas personas que desearían escapar de su realidad a diario. Una gran contradicción, a mi forma de ver.
El cielo es aquel lugar que nunca veremos dos veces igual, aquel lugar tan alto y por suerte menos transitado por el hombre. El único lugar que está la mayor parte del tiempo libre de nuestra maldad, lejos de nuestro alcance.

Tal vez la razón de que sea tan bello es que no comparte nuestros problemas. Atento, observador, testigo de nuestra historia. Pero nunca participante.

Allí donde vemos que acaba el cielo y comienza la tierra... Puede que allí sea el único lugar donde podamos sentirlo cerca, pero tan sólo con la mirada. No importa lo mucho que corramos, lo mucho que alcemos las manos, siempre se nos escapará.
Y mejor así, ya que la mayor parte de las veces, no nos damos cuenta de que al conseguir algo, lo destruímos para siempre.

Mentir.

Todo el mundo dice que mentir es malo, a todos nos han leído alguna vez el cuento de "Pedro y el Lobo". Pero realmente, ¿hay alguien que nunca miente? No lo creo.
Bien sea por evitar una situación incómoda, por no defraudar a alguien, salir de un lío... Por lo que sea, más egoísta o menos. El hombre está diseñado para mentir en algún momento de su vida.
Será todo lo poco ético y moral que queráis, pero negar esto es como negar que el Sol saldrá mañana.
Si seguís sin estar de acuerdo, adelante. Pensad qué sería de nosotros sin las mentiras, pero pensadlo bien.
Y si os gusta lo que estáis viendo... pensad de nuevo.